martes, 20 de octubre de 2009

EL BAILE (PARTE 2)

Recién ahora me estoy reponiendo, el baile me dejó de cama. Igualmente fue un éxito, todos colaboraron para que así fuera. Se acondicionó el salón del Clú para hacerlo tipo discoteca, ¡¡hasta la bola de cristal conseguimos!! La Mabel coordinó todo y yo me encargué de la parte logística: lo que ella pedía le conseguíamos con los hermanos Benítez, ya sea comprando, mangueando o tomando prestado sin la autorización de su dueño. La gente del barrio se portó y llenamos las instalaciones. El Rengo en el buffet fue ayudado por "Las hormiguitas", quienes se bancaron no sólo que las apuraran con los pedidos, sino también con que les tiraran los galgos tres de cuatro que se arrimaban a la barra. Hasta el Pollo colaboró llevando y trayendo cosas, un fenómeno el morocho. El Ruso se encargó de la boletería y al primer arqueo de caja, le dio redondo, así que no lo controló más. El flaco Ossola dio su presente y apoyo psicológico, ya que no físico, debido a que todavía se estaba reponiendo de los golpes de su fallida demostración de baile (ver artículo anterior); incluso estaba chocho con el collarín que le colocaron por precaución.
A los que pudieron, se les pidió que fueran vestidos con pilchas de la época, así que fue un motivo más de joda ver a los panzones con vaqueros pata de elefante y cintura del mismo paquidermo. El Mamasa se calzó una peluca afro, se colgó collares y camisa floreada, emulando a un hippie del apocalipsis; esto porque, claro, verlo al monstruo haciendo la V de paz y amor era menos creíble que novia de Marley. El Nono pintó con una vincha roja y campera de cuero, no sabemos si se quería parecer a un motoquero de los años 50 o se estaba escondiendo de alguien. La Mabel apareció con una camisola media transparentona, peluca lacia, lentes oscuros, mini y botas altas. Cuando me apercibí de que se le notaba que no llevaba corpiño, ya era tarde, la guacha se me cagó de risa y se fue moviendo las cachas como si tuviera 20 años.
Mi look, aunque previsible, no fue menos impactante: traje blanco y camisa negra, sí, a lo Travolta. A los 10 minutos de entrar al clú me estaba recagando de calor, encima el talle era bien justo, así que dos por tres tenía que meter la panza para adentro para que el chaleco no estallara y los botones no salieran como misiles.
Al promediar el evento quisimos armar un concurso, tipo “Bailando por un sueño” y al principio fue eso, porque nos dormíamos de lo aburrido. Así que cuando fue mi turno, decidí sacar lo mejor de mí y también sacarme el chaleco, no daba más. Cuando entraba a la pista se escuchó a la gente gritar: ¡Duelo! ¡Duelo! Seguí las miradas y del fondo del salón se empezaron a apartar para dejar paso a mi supuesto oponente. Grande fue la sorpresa y grande el competidor: el Gordo Balbuena en persona. Encima el turro se vino vestido igual que yo, por lo que, enfrentados, parecíamos una mala propaganda de Tony Manero. El DJ arrancó con “Saturday night fever” y el Gordo se posesionó, realmente la movía. Yo había recibido consejos del flaco Ossola e intenté los pasos básicos. La gente estalló en aplausos para ambos y eso hizo que nos potenciáramos. Mientras nos mirábamos de reojo, continuamos cual duelo entre Julio Bocca y Maximiliano Guerra (obvio, sin calzas). La segunda melodía se hizo oír (“Staying alive”) y nuestros cuerpos respondieron. Pero lo que indudablemente no iban a responder serían los corazones. El Gordo ya transpiraba profusamente y a mi un calambre amenazaba apropiarse de mis caderas. Como no se vislumbraba un posible ganador, la gente se empezó a aburrir y rumbearon para la barra, pero nosotros dos permanecimos en la pista por una cuestión de orgullo, de honor, de total irreflexión. Ya los pasos eran torpes y sin ritmo, se escucharon abucheos y risotadas, pero ninguno daba el brazo a torcer, solo las piernas se nos iban a torcer, del esfuerzo.
Terminamos arrodillados, uno frente al otro, respirando con mucha dificultad y anhelando el tubo de aire que usa Sandro. Solo se me ocurrió preguntarle al Gordo, entre resuellos:
- ¿Te rendís?
- ¡Nunca! –bramó mi pesadilla.
Como no pude articular palabra, opté por levantar mi mano y empujarlo, haciendo que besara el piso. Mientras sonreía sentí desplomarme, cayendo boca arriba junto a su cabeza. Intenté infructuosamente golpearlo con mi mano, pero al no lograrlo solo tuve fuerzas para emitir un:
- Gordo... puto
Y cerré los ojos.
Me despertó los cachetazos que me propinó el flaco. Cuando pude reaccionar alcancé a agarrarle los huevos, diciéndole:
- Ya, flaco, ya me desperté.
Todos gritaron satisfechos, menos el flaco que emitió un sonido agudo.
- ¿Quién ganó? –pregunté al grupo
- ¿De qué? –contestó el Cadena.
- Del duelo, paspado.
- Ah, que sé yo, nosotros nos fuimos al patio a ver dos minas que se agarraron a piñas. Cuando volvimos, ya te habían traído acá entre la Mabel y el Eze.
- ¿Y el Gordo?
- Debe andar tirado por ahí, necesitábamos la pista libre.
- Ok, sigan con lo suyo, yo me arreglo.
Los vi alejarse a seguir divirtiéndose y me acomodé en el asiento. En ese momento se acercó la Mabel con una Quilmes en la mano y dos vasos en la otra. Se sentó a mi lado y me sirvió un vaso hasta el tope. Sólo cuando terminé de tomar, dijo:
- Boludo.
- ¿Por?
- Un día de éstos vas a quedar tirado de un ataque. ¿Y todo para qué? Para demostrarle a otro boludo que sos mejor que él.
- Soy mejor que él.
- Sos mejor boludo.
- Vos no entendés.
- ¿Qué no entiendo? El otro se la pasa queriéndote cagar y buscando el error para quedarse con el club y vos zafando y peleándote con él por cualquier pavada.
- Es mi némesis.
- Andá a cagar. Van a terminar internados los dos, por giles.
- Vos no entendés.
- Ma’ si, tomate el resto del porrón. Me voy a ayudar en la barra.
Se levantó, pero se detuvo y se inclinó sobre mi cabeza y me dijo:
- Igual te quiero, pajero –y me dio un besazo de lengua.
Entonces pensé. No sé si bailo bien, no sé si le gané al Gordo, no sé muchas cosas. Pero de algo estoy completamente seguro: a la Mabel no la quiero perder por nada del mundo.
Se escuchó por los parlantes a Barry White y no dudé. Me levanté con mucho esfuerzo y la fui a buscar. Este lento tenía que bailarlo bien apretado a mi mujer.

6 comentarios:

Anita la bibliotecaria dijo...

Al final ud Presi es un romanticon de aquellos!!!!
La Mabel es lo mejor q le pudo pasar Presi!!!



Ade no te puedo explicar lo q me rei con todo el relato hiperdetallado del baile, decí q tengo una faja xq sino me saltan todos los puntos ( 18) de tanto reirme.

Gracias por la risa.

Besotes

Viejex dijo...

Pero que romantico se me puso, en serio. Pagaría por ver las fotos del evento.

¡Jotapé! dijo...

Ay loco, sos un alfajorcito de dulce de leche.

Che, una cosita más: la bola de cristal es la de las brujas. La bola de los bailes es la bola de espejos.

Salute!

magu dijo...

jaja

evento quisimos armar un concurso, tipo “Bailando por un sueño” y al principio fue eso, porque nos dormíamos de lo aburrido

qué gracioso
no creo que haya sido aburrido
pero me encanta el paso de michael jackson en caminata lunar más que el de travolta en fiebre de sáb....
la primera peli prohibida que fuimos a ver con el grupito de teens hace snif, 31 años ha

magu dijo...

ey
adenoz
¡te sigue el dolor de espalda del baile¡
fue hace mucho
ahora deben hacer la sesión espiritual del clú
esa no me la pierdo
invitenlo a cla ma dominguez, dale
dale
bueno, no te veo por los blogs
volve
saludos
magù

Anónimo dijo...

esto es solo una prueba tecnica